Estimados, que tal?
Soy Raúl, nacido y criado en Esquel, pero viviendo en Bs As hace varios años ya.. les comento que ayer fui a la Marcha Mundial de la Marihuana que se celebró en muchisimas ciudades del mundo. Hace tiempo que asisto a estas marchas y esta es la segunda vez que se organiza con fines políticos más serios, ya que antes era sólo una juntada de fumones en el planetario de Palermo, esto cambió el año pasado q se comenzó a hacer una movilización que va desde Plaza de Mayo hasta el Congreso Nacional... Ayer sábado fue sin dudas la más convocante por lejos, donde más cuestiones políticas hubo de todas las anteriores, pancartas de agrupaciones y movimientos sociales, tanto de izquierda (PTS, PO), de centro (FPV), como de derecha (PLL - partido liberal libertario), una mescolanza muy extraña, pero de gente que lucha por un bien común, la libertad individual y la reducción de daños de todos los consumidores. También incluso se manifestaron la agrupación de Familiares Víctimas de las Drogas, que a pesar de estar en contra del consumo de cualquier droga, apoyan la causa para la reducción de daños. La marcha del año pasado había sido de una convocatoría única en este pais, cerca de 8 mil personas se reunieron. Este año, ese numero se superó con creces, llegando a casi el doble, se calculó (según los organizadores dijeron en el acto) un total de 15 mil personas de todas las edades e ideologías...
La marcha comenzó a las 15 horas, custodiados por una respetuosa policía federal, comenzamos a caminar por Avenida de Mayo, la marcha tenía una longitud de 3 cuadras y a paso tranquilo y con cánticos y batucadas, cruzamos la 9 de Julio hasta llegar frente al Congreso, donde la gente de revista THC había organizado un escenario para las oradores. Cerca de las 16.30 hs comenzaron a hablar representantes de diferentes organizaciones, cultivadores independientes, abogados y la diputada María Jose Lubertino (FPV) y Victoria Donda (Nuevo Encuentro).
Si algo abundó más que humo y olor a flores dulces, fueron los puestos de comidas, desde los tradicionales puestos de pati, armados improvisadamente sobre las veredas, hasta los pibes que hacían en sus casas empanadas, panes rellenos, brownies y churros para vender y hacerce unos pesos extras. También las batucadas pusieron ritmo a la tarde lo que se convirtió en una verdadera fiesta, sin heridos, sin incidentes, dando muestra de que el consumo responsable es posible.
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